Como el agua de Mojanda

Desde la laguna de mojanda el debut del Niño de las Plaquetas por los suelos…

A petición del mismo artista, he tenido que quitarlo del aire… mil disculpas

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Una va llena

Macho de ballena jorobada haciendo cabriola de seducción frente a bote de turístas entregados y sus cámaras en las costas ecuatorianas. Cortesía de un danés de disparo afilado compañero del barco.

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Yo lloré…

Capilla del Hombre, Osvaldo Guayasamín.

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Illinizaaas!!

Os dejo un relato fotográfico del paseo por los Ilinizas…

…vista atrás, mirando al camino que sube a las nubes…

…camino sin piernas ni oxígeno…

…refugio no és para los pulmones…

…atardecer más cerca del cielo…

…amanecer tête à tête con el Cotopaxi…

…a 5.000 metros, los perros suben a descansar…

…delante del pico norte la falta de riego es evidente…

… detrás… mejor no mirar…

… el pico sur…

…vuelve el verde y el O2…

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El Parque Biblioteca España y José Elias Atehortúa

Después de 50 años de vida del barrio popular de Santo Domingo de Savio en Medellín los turistas llegan (llegamos) a visitar sus nuevas obras de infraestructura. Colgados del Metrocable pueden (podemos) espiar la vida de los extractos 1 y 2 en sus barrios.

La realidad de buena parte de la sociedad, muy habitualmente oculta para el resto de sus conciudadanos en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, queda aquí expuesta a cualquiera que sobrevuele sus tejados en una de las cabinas del teleférico.

Así, suspendido por encima de los tejados, uno va viendo como en torno a las estaciones del Metrocable van apareciendo pequeñas plazas, parques, canchas deportivas y otros equipamientos de barrio. Al llegar a la última parada se alza imponente el Parque Biblioteca España ¿Qué hace una a instalación de primer nivel, con más de 3000 metros cuadrados y construida por un arquitecto de relumbrón, en un sitio cómo este?

Resulta que en Medellín se le ha prestado un poco más de atención y recursos a la educación y se ha hecho un esfuerzo importante para llevarla a los rincones más olvidados de la ciudad. Ante esta imagen, los turistas empiezan (empezamos) a sentir cierta admiración ante lo presentado y se lanzan (lanzamos) a conocer mejor esa sublime instalación.

En ella los (nos) recibe una de las trabajadoras de la biblio, que muy gustosa realiza un recorrido por las instalaciones explicando las bondades de las mismas ¿Un tour guiado por una biblioteca de barrio o el último grito en turismo social?

Embelesados por lo que ven (vemos): una biblio que funciona, con niños usando computadoras e incluso leyendo libros, situada en medio de un barrio empobrecido, los turistas salen (salimos)  de allí emocionados y conmovidos por el esfuerzo de una gestión municipal que no sólo piensa en la regeneración urbana del centro de la ciudad o en los arreglos de los barrios bien.

Las impresionantes vistas de la ciudad ayudan a reforzar este encantamiento.

Pero cuando están (estamos) a punto de abandonar el barrio y volver a la ciudad formal, un viejito se acerca y pregunta su (nuestra) opinión acerca de lo visto.

Ese viejo  de 85 años es José Elias Atehortúa, poeta, colombiano y residente en el barrio de Santo Domingo desde su creación.  Su opinión acerca de estas magnas obras la resume este poema:

CON ARTE
En los parques,
Gente enamora
Las palomitas
Rociándoles maíz.
Con arroz
En otro pasaje
A las tortolitas.
Lo más avanzado
Con las harinas
De Doña Opulencia
Se va a los
Extractos uno y dos
Rociándolos, enamorándolos.
A cambio
De domesticarlos
En una jaula sin rejas.

El poeta nos pidió que lo acompañáramos a su casa, quería mostrarnos la otra realidad de su barrio y regalarnos algunos de sus poemas.

Por el camino, nos recitaba y nos preguntaba:

-¿Quién es peor? ¿El que te mata de una vez, o el qué te va matando poco a poco, como nos hacen a nosotros?

A su paso renqueante, ibamos recorriendo las calles, ante la curiosidad de sus vecinos y él nos iba mostrando los deslaves que aleatoriamente iban arrastrado algunas partes del barrio obligando al éxodo de sus habitantes.

En un momento del paseo nos confesó que a menudo buscaba a los turistas para mostrarles la otra verdad que se esconde detrás de la biblioteca y el metrocable. Como, por ejemplo,  que en la inauguración de la misma por los Reyes de España, desalojaron el barrio por seguridad.

REY DE ESPAÑA
Es este mismo cielo
Quinientos años atrás
Donde te izaste
Descubriendo
Lo precioso de su suelo.
Todo día flameando
En tu teclado
Y el nuestro
En posición de cultura.
Donde el aborigen
Se cultiva
Como de siervo.
Hoy, se le barre
De su suelo
Con el urbanismo.
Los que en antaño
Heriste con perros y caballos
Destrozando su cultura
¿Qué pasará
Con lo esplendoroso
Que viste en el progreso?

Sin embargo, nos contó. que todos se hacen culillo y no se atreven a ir con él. Por eso nos agradeció el rato que compartimos con él y con su barrio.

Nosotros le agradecemos que nos prestara sus ojos para ver, que nos regalara sus poemas y nos iluminara con la dignidad.

EN EL CIELO
Dentro de su más allá
Tengo una novia,
Esperanza.
Me controla el pensamiento
Me roba la creatividad.
La otra se llama Fé
Esa también
Viajera invisible
En el espacio
Implacable consejera
También retardataria.
En el camino me lleva
Deshojado del suelo
Arrastradito por la brisa
Como polvo del camino.
Todas dos son avaras
Viven del cuento
Que van rociando
En las cabezas calvas.
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TABACUNDO

El sábado pasado fui a Tabacundo, localidad serrana cercana a Otavalo.

Hacía unas semanas habíamos mantenido una reunión con Coagro, asociación que se dedica a implementar sistemas productivos en la zona, y con una de sus socias. Ambos estaban muy preocupados por la situación en la que viven varias familias de su comunidad y como al no poder acceder a un crédito y no tener escrituradas sus propiedades, no pueden obtener los bonos de vivienda que concede el MIDUVI.

Llegamos a las comunidades cercanas a Tabacundo a evaluar los casos con bastante retraso ya que me da por confundir Tabacundo que está cerca de Cayambe con Tumbaco que está cerca de Cumbaya así que cuando pregunto parece que se de lo que hablo pero en realidad no tengo ni la más remota idea.

Vimos dos comunidades y dos tipos de casos.

En los márgenes de la Panamericana hay familias que tienen construidas sus viviendas sin respetar las distancias a las que se puede edificar por lo que ahora que amplían la panavial se quedan sin casa. Solo les indemnizarán por la expropiación del terreno valorando este en USD $ 0,60 el m². Una de las familias se quedará en la calle con cuatro hijos y con un sueldo de  USD $ 230. La otra familia perderá la casa donde vive la dueña del terreno con la familia de su hijo, ya que su casa de adobe se cayó hace tiempo,  más la casa de su hija que vive con dos niños. Indemnización total para esta familia USD $ 540. Me queda añadir que cuando la preguntamos si tenía alguna enfermedad nos enseño el cuello y fui yo quién le explico que eso que tiene desde hace más de 30 años es bocio.

Los otros casos son de hacinamiento. Las viviendas nuevas del MIDUVI (Ministerio de Urbanismo y Vivienda) son de 36 m² ya sea para una familia de 2 personas o de 200. En la última casa que visitamos vive un matrimonio con 12 hijos y un nieto de 8 meses con una dura situación familiar. Esto ya se me quedó dentro!

Ahora, antes de pensar en los diseños, tenemos que buscar el modo de conseguir financiamiento!  Ideas?! Os dejo la fotografía de la vivienda que yo considero no es prioritario mejorar…

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Cumpleaños feliz gracias a… los amigos de Madriz

Muchas gracias a tod@s, tanto quienes pudieron salir en el vídeo como a quienes no, sois l@s mejores… los amigos de Madrid!!

Conocido es que no soy mu fan de mi día de cumpleaños, pero un año más habeis sabido como hacerme cambiar de idea y sonreir, incluso reir a carcajadas… con los amigos de Madrid!!

Os echo de menos… un montón. Ojalá uno cuando viaja se pudiera llevar en la mochila a… los amigos de Madrid!!

Os quiero… mis amigos de Madrid!!

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Zamora, tierra de aves y cascadas (y un curioso gusto arquitectónico)

Este finde conocimos Zamora, un pueblito del sur de Ecuador situado en un paisaje impresionante en donde los Andes se pierden camino a la selva del Oriente ecuatoriano.

Más allá de hacer honor al título de la entrada (subtítulo del pueblo), lo que más nos impresionó de este pueblo fue su arquitectura, original como pocas en Ecuador (país ya de por si curioso en cuanto a sus construcciones se refiere).

Digamos que en Zamora parece haber una competición por ver que edificio llama más la atención. Os presentamos un recorrido por algunos de ellos.

Para empezar, esta loma recibe al visitante. En Zamora no hace falta reloj, basta con mirar hacia el monte (y además brilla en la oscuridad).

La plaza del pueblo no tiene desperdicio:

Pareciera que no se contentan con admirar los increibles paisajes que les rodean, si no que quieren rivalizar con ellos en espectacularidad. Recorridos imposibles, farolas con forma de árbol, fuentes tarta, bustos dorados… Desmenucemos bien este repertorio.

Si estamos en la tierra de las aves y las cascadas no basta con que el visitante no pare de ver pájaros cuando pasea por los alrededores ni que haya un salto de agua en cada curva de la carretera que llega al pueblo. Es necesario que quede bien claro con esta hermosísima fuente (por desgracia no funcionaba ese día la cascada).

Además es de admirar el edificio que cierra un costado de la misma, obra de la que el mismísimo Venturi estaría orgulloso.

Curiosamente el remate de dicha fuente nos lo habiamos encontrado por la mañana en un paseo por el bosque:

El detalle del preboste de turno en dorado y con pedestal arbóreo no tiene tampoco ningún desperdicio:

Entre los árboles y las farolas-árboles emerge imponente la figura de la Municipalidad:

Uno pude imaginar la lucha desatada entre las instituciones para que su edificio brille con luz propia. No se entiende si no la creación de engendros como la sede del gobierno provincial:

Su fachada:

Ni siquiera la policía se libra, con esta estatua gigante en la puerta del cuartel:

También los particulares se han animado. Aquí nuestro hotel:

O una tienda de electrodomésticos:

En detalle:

En fin, que ni la terminal de autobuses escapa a este furor. Aquí por delante:

Aquí por detrás (al loro con los dos castillos que asoman en la planta de arriba):

Y si hacemos zoom nos llevamos una sorpresa:

Henarcita corriendo en busca del último bus hacia nuestro próximo destino mientras yo embobado sigo fotografiando medio flipado los locos edificios zamoranos.

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Más allá del MAL(L)

Es el título de un documental de Miguel Alvear en el cual muestra las dificultades del cine ecuatoriano de distribuirse. El director llega a la conclusión de que para que se visione su film tiene que llevarlo a La Bahía, en Guayaquil, donde se venden películas piratas y… pedir que le pirateen a él también.

El documental arranca yéndose a los cines de un mall para ver que películas proyectan. Resultado, ninguna película ecuatoriana. Y cuando pregunta a los espectadores si ven cine ecuatoriano todos responden que mucho pero que no recuerdan el nombre de ninguna película.

Con estos antecedentes Lucky y yo decidimos pasar el sábado por la tarde en el cine y donde mejor que en el mall que tiene un montón de salas y ofertará un montón de películas. Resultado, otra vez cero. Las películas que proyectan responden a la perfección a los estereotipos de visitantes de centro comercial y nosotros parecemos no encajar en ninguno.

Y aquí arranca la aventura porque si algo ocurre en Guayaquil es que sabe llover a lo bestia y con esa lluvia tenaz nos encontramos… ATRAPADOS EN EL MALL DEL SOL!!!

Primera solución: Siiiii, invirtamos nuestro dinero en libros y así pasamos una hora leyendo y buscando libros que comprar.       Y después?                                                           La siguiente opción es comer porqué eso no es mal gastar el dinero… así que te encuentras haciendo cola para comprar tartas y cafés helados de esos que se beben con pajita. Igual podríamos estar en Guayaquil, en Miami o en Majadahonda.

Y después? Después de comer quiero fumar; así que busco una salida donde parece que no hay tanta gente. Sorpresa! Es que esa salida queda frente a Hooters  y por su escaparate se pasean las camareras con mini shorts y escotazos… sirven chupitos y cerveza y hacen bailes cuando se marca gol en alguna de las pantallas del local. Y por si alguien no sabe mucho de este lugar, os comento que las dos “oo” del logo tú crees que son unos ojos de búho pero NOOO… de ahí frases célebres como “Tienes unos ojos que te comería las…”

Y después? Pues ya desesperados volvemos a entrar para ver si queda algo por descubrir y observas que todos los maniquíes corresponden a fenotipos europeos donde, por ejemplo, se vende ropa interior de conejita de Play Boy.

Lo que nos proponíamos como un estudio sociológico deja de saldo un gasto de $ 30 y el propósito de no volver a pisar un centro comercial porqué te crees que vas por un ratito no más pero es que los dueños de estos sitios se alían con la lluvia para que te quedes dentro y no dejes de comprar y comprar y comprar…

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Más allá del cementerio

El cementerio de Guayaquil es grande y hermoso. Y como en todos los cementerios ocurre lo mismo que en las ciudades, los muertos conservan su estatus social.

Más bien son sus sepulcros los que lo hacen, porque la verdad es que la muerte nos iguala a todos y no es el finado el que disfruta su última morada. Si embargo sus supervivientes si que lo hacen.

En el cementerio de Guayaquil conviven los muertos ricos y los muertos pobres. Al lado del mausoleo de un banquero (que asombrosa semejanza tiene con un banco) se hacinan nichos diminutos que no son más que el propio muro del cementerio, apenas engrosado para enterrar difuntos (el precio del suelo también aquí es determinante).

Henar y yo paseabamos el domingo por allí, entre las tumbas ajardinadas de los próceres de la patria, los panteones familiares más suntuosos en forma y apellidos y también entre las torres-nichos, que como bloques de apartamentos encierran los restos de la gente del pueblo.

Callejeando por ese laberinto y disfrutando de la paz que siempre emana un camposanto, empezamos a subir escaleras arriba, dejándonos perder entre las paredes de nichos, los giros y los recodos del camino. De pronto llega a nuestros oidos la inefable melodía reggetonera de un celular, miramos para atrás y vemos que se acercan tres chavales con toda la pose de incipientes pandilleros.

Seguimos subiendo las escaleras y los muchachos se nos van acercando más y más. Cuando estamos llegando a un final sin salida, la paranoia se empieza a instalar en nosotros. ¿Qué intenciones traerán? ¿Nos estarán siguiendo? ¿Adiós al teléfono?…

De repente, unos metros antes de encontrarnos en un problema, los chavales se detienen. Escalan la pared para llegar a un nicho de la fila superior y colocan el móvil con el reggetón en el borde. Uno tras otro se trepan al nicho y lo golpean como llamando al inquilino. Después se sientan frente a él y le dejan la música un ratito.

La tensión y los prejuicios dejan paso al asombro, la ternura y la conmoción. Tres niños visitando a un amigo que murió mucho antes de lo estipulado en una ciudad brutal para el ser humano. Haciendo su duelo a su manera, llamándolo y llevándole música.

Bastante emocionados, bajamos hacia las partes bajas del cementerio, dónde nos volvemos a cruzar con los chicos, esta vez trepados a un árbol arrancando mangos para avituallarse en el insoportable calor guayaco, recuperando un poco la inocencia con cada mordisco de la fruta.

Por cierto el tema que iban escuchando era el mismo que colgó Henar en su entrada sobre los Latin Kings.

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